domingo, 13 de septiembre de 2009

LOS PENALTIS



Hay veces que la gente toma decisiones, si, decisiones, a veces aciertan y todo. Pero a veces no. Yo no se si ella acertará, no lo sé. Pero bueno, a veces la gente se lanza y toma decisiones. A veces las decisiones estaban tomadas desde el minuto uno, a veces no, a veces se esperan hasta el tiempo de descuento. Y justo cuando el de negro va a pitar el final del partido, ¡ahí llegó!... ¡La gran decisión decidida!... Después hay gente que se espera hasta la prórroga, es como si tuvieran miedo de que les metieran un gol a ellos antes que ellos a los otros… En fín, no sé, es difícil esto de las decisiones. Yo te entiendo, entiendo que tardes tanto. Pero es que, tan solo te comento, estamos a punto de llegar a los penaltis, y está gente tiene buenos pateadores. ¿Porque no decides ya? Más que nada lo digo porque lo otro ya es una lotería, es como que no te has atrevido en 120 minutos a decidir nada y esperas que la suerte decida por ti.
Hay veces que la gente toma decisiones, y otras veces no. Ella parece que ya ha tomado la suya, estábamos a punto de llegar a los penaltis, yo andaba muy nervioso. No me gustan los penaltis. Es algo que quitaría del fútbol. Yo quitaría los penaltis y seguiría media hora más. Porque los penaltis me ponen muy nervioso. Yo pondría media hora más, y si no hay nada decidido, otra media hora, así hasta que alguien decidiera algo por fín, y si siguen sin decidirse, pues otra media hora, hasta que cayeran fulminados de cansancio. Porque la gente que tarda tanto en decidirse, al final cae fulminada, sí, fulminada de cansancio. Por fín ella se ha decidido. Menos mal que lo ha hecho antes de llegar a los once metros… menos mal.
Ahora ya no se si ella habrá acertado o no. Sería muy falso desearle lo mejor. A veces cuando la gente decide algo que no nos gusta, o nos afecta en algo, solemos decir: “bueno, pues te deseo lo mejor”. Yo no hago eso, sinceramente, yo no quiero que le vaya bien, quiero que le vaya como le tenga que ir, si es bien o mal, con el tiempo se sabrá, pero yo no quiero que le vaya especialmente bien… Le irá como le tenga que ir, que eso si es una lotería... Porque es verdad, después de la decisión, irremediablemente, quieras o no, llegan los penaltis, y aunque me pongan muy nervioso, ahí si que la suerte, es la que decide.

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